7 de enero de 2013



Carta de despedida...

Creo que merecíamos una despedida diferente; nuestra corta historia no fue ni de lejos completamente infeliz, por lo menos para mí, por lo que me hubiera gustado verte una vez más a los ojos, que me explicaras mejor tus razones para entenderme mejor yo, mejorar y darte las gracias por todo lo que aprendí a tu lado, porque considero lo que paso como un aprendizaje. Hoy entiendo que lo mejor fue que ese encuentro no se diera porque tal vez me hubiera faltado el valor para decirte chau y darme la vuelta, como hoy lo hago.
Te empezaba a querer, con tu forma distinta a lo que conocía, con tu timidez y tus silencios.  Me dolió mucho no ser lo que vos querías que fuera, me dolió mucho reconocer que vos no eras para mí.  No me considero mala, al contrario creo que soy una mujer completa. Por eso más herida que mi alma, quedó mi ego, eso dolío más. Tirando abajo cualidades que otros han visto buenas en mí. Mi personalidad siempre me destaco...Me descolocaste! Entender que no me soportabas y sin embargo “jugabas al novio”,  fingiendo, simulando cariño. Porque eso me diste a entender. Quizás era mas simple decir : no me enamoré ni creo poder hacerlo yá. Pero para que fingir? 
Porque no ir aclarando que no sabías lo que te pasaba?   
Hoy veo con claridad que así como fui capaz de descubrir lo mejor de vos y adaptarme a tu inercia, vos sacaste a relucir lo peor de mí. No sé “desde cuando te leía” en realidad sospechaba que algo no iba bien del todo, no quería darme cuenta que no era idea mía. Me llene de inseguridad, de preguntas, no estaba tranquila porque algo sin saber que era no me daba certezas a pesar de que parecía que estaba todo bien. Un día me decías que la habías pasado muy bien junto a mí y al otro desaparecías! Me convertí en una persona que no me gustaba y que, obviamente, cada vez te gustaba menos a vos.

Hoy entiendo que no podría haber forzado que me vieras como la mujer ideal para vos, que nunca hubiera podido convencerte de eso, porque eso se siente, no se obliga.
 Una vez te dije que para mí en el amor las cosas tenían que fluir, pero me olvide de eso, hoy estoy convencida de que es lo que quiero.

Acepto mi culpa en lo que a mí me toca, ya me perdoné, aunque sinceramente no creo que sea culpa de nadie. Simplemente nos precipitamos y forzamos las cosas cuando en realidad no nos conocíamos o nos negábamos lo que nos convenía con tal de estar juntos, cerrando los ojos ante las diferencias que nos separaban desde un principio.

Te doy las gracias porque ahora estoy segura de que cuando llegue tendré la madurez de no perderme a mi misma, y que quien me ame, me amará por lo que soy y no por lo que espere que sea. Siempre defendí que el amor verdadero es aquel que te hace crecer, eso sigo queriendo.

Espero después de el poco tiempo que pasamos juntos, que lo que te quede de mí sean los momentos alegres que compartimos, que creo que los hubo. (Ya no sé que creer, espero que asi sea). Mis besos, que agradezco hayas piropeado, mi sonrisa, mi alegría y mi comida. Yo me quedo con tu simpleza, tu sinceridad que aunque tarde, dolío, pero me sirvió. El recuerdo de las noches que pasamos juntos...
Me guardo sólo lo lindo. Sin rencores.
Te deseo de corazón que encuentres a la mujer que te complemente, que te dé alas. Porque sé que buscas el amor verdadero como yo y que eso te haría feliz.
Por educación decidí despedirme, aunque no te importe si lo hago o nó, a mí me hizo bien hacerlo.
Te envío amor a donde quiera que estés y te dejo ir. Hasta siempre ! Cariños.
Carola.